sábado, 9 de agosto de 2014

Qué grande es nuestra Madre Iglesia

Hoy ha sido nuestro último día en Villarrica. Esta noche emprendemos el regreso a Madrid.

Para despedirnos del obispado, y de todos los que lo forman, hemos hecho un gran "asado". 
Después de sacrificar el cordero (proceso de matanza entero) y de asarlo, nos lo hemos comido entero, acompañado de una rica sangría y tortilla de patata. 

Todos los trabajadores nos han acogido con los brazos abiertos. Han hecho que nuestra estancia sea mucho más cómoda y agradable. 
Desde las cocineras, hasta el ecónomo que nos cambiaba el dinero. La periodista que nos hacia un poco de "relaciones públicas" y nos ha prestado el ordenador siempre que lo hemos necesitado. Todo el equipo de administración, que nos han solucionado todos los problemas o dificultades que nos han ido surgiendo. 

Han sido para nosotros un testimonio de unidad: de Iglesia. Sabemos, que vayamos donde vayamos, siempre encontraremos hermanos y la Iglesia siempre nos ofrecerá una mano.  

GRACIAS 

Con Mario, de la Ruta de pansitos

Entrega de regalos 

Nacho recoge una taza de recuerdo del obispado, y un libro de pensamientos del antiguo obispo de Villarrica, que está en proceso de beatificación. 

 El P.Charlie recibe de manos del Obispo, una imagen de la Virgen María. 

Marta y Estefi, con sus regalos

Entrega de la bandera chilena firmada por todo el obispado, para la delegación de juventud de la diócesis. 

Anita con el Sr.Robinson, que se ocupa de mantener el obispado en buen estado, y de que las estufas no se apaguen. Ha sido un gran amigo durante este mes. 

Lucia preparando la sangría 

María Fernanda, nuestra periodista, con Estefi

Todo el equipo



"Foto desordenada" la llaman acá 



El Sr.Robinson preparando el cordero

Con la Sra.Alicia, nuestra cocinera


El P.Ramon, Lucia y el Sr.Robinson

Marco Antonio, nuestro ecónomo y P.Charlie

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